Hay casas muy peculiares, a veces incluso muy bonitas, pero que por diversos motivos muchos rechazarían como vivienda habitual, por ejemplo, por el tamaño. Y es que todavía muchas personas relacionan vivir cómodos con disponer de muchos metros cuadrados. Por eso, si una casa les parece pequeña ni siquiera se molestarán en plantearse habitarla, Aunque la realidad demuestra que, en muchas ocasiones, la primera impresión no debería ser la que cuenta, especialmente en el ámbito de la arquitectura, en la que las posibilidades de jugar con el espacio son infinitas y la percepción no siempre se corresponde con la realidad.
En este sentido, las casas estrechas son unos de los tipos que más engañan a quienes la juzgan por el exterior, a pesar de que en muchas ciudades se están convirtiendo en una magnífica alternativa para construir vivienda de calidad en lugares en los que el suelo disponible es mínimo.
Un ejemplo de esto es esta casa. Desde el exterior, lo que más llama la atención es su minúscula fachada, de solo 1,55 metros, una cifra que no permite presagiar cómo es, en realidad, el fantástico interior que se esconde tras los muros.
El nombre que ha recibido la casa es T Noie, ya que la estructura de la misma posee forma de ‘T’ de la casa, algo que para quien se sitúe frente a la fachada es difícil de percibir. El conjunto permite disfrutar de un espacio interior de interior también esconde un total de 102 m2. “Dos capacidades cúbicas de 1.55m de ancho, 13.5m de profundidad y 8m de altura se sientan una al lado de la otra en forma de ‘T’”, afirma el arquitecto
La casa está dividida longitudinalmente con habitaciones a cada lado que miden 1,55 metros de ancho, tomando como base la idea de crear una escala íntima dentro del amplio espacio abierto.
Con este ejemplo de vivienda, se confirma una vez más que, en muchos casos, las apariencias engañan.











